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El Brut Rosé es un vino seductor: construido en torno a la Pinot Noir, a la vez espontáneo y fundido, el assemblage pone de relieve un afrutado vivo, esbelto y una gran flexibilidad. El assemblage del vino tinto también le confiere femeninos reflejos cobrizos.
La intensidad de la pinot noir, con casi la mitad del ensamblaje, es la nota dominante. La pinot meunier aporta su redondez, mientras que la chardonnay envuelve con su elegancia las otras dos variedades. Según el año, el 20-30 % de vinos reserva completan la intensidad, la sutileza y la consistencia del champagne Moët Impérial Rosé.
Rosa reluciente con reflejos ambarinos. El buqué vivo e intenso rebosa de frutos rojos: fresa silvestre, frambuesa, cereza… Acto seguido, unos pétalos de rosa suscitan matices florales, resaltados por una pizca de pimienta.
UN PALADAR EXPRESIVO, INTENSO Y SUAVE
Un paladar expresivo, intenso y suave. Fresa, frambuesa y grosella: la intensidad jugosa y persistente de los frutos rojos invade el paladar, a los que se suma la carnosidad y la firmeza del melocotón. El final está marcado por la frescura de una sutil nota de pimienta y menta.